viernes, 17 de septiembre de 2010

El cambio climático

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El cambio climático Por: Antonio Fuentes Flores
El 29 de noviembre se iniciaran los trabajos de la COP 16, La Cumbre del Cambio Climático en Cancún, México. ¿Qué significa esto o que trascendencia puede tener?
La toma de las calles en Europa (Paris, mayo de 1968), en América (México, finales de 1968) y en muchas otras partes del mundo, aunque en principio era una protesta de los jóvenes en contra del autoritarismo imperante en los gobiernos, tuvo un factor común: la protesta contra lo que se llamó en ese entonces el “desarrollismo”, esto es; la enorme paradoja de que en la búsqueda de los satisfactores para la vida por medio de la actividad económica, particularmente la industrial y comercial, se estuvieran destruyendo las mejores condiciones para la vida misma. Afectando negativamente la calidad de vida para los seres humanos
En muchas ciudades ya era imposible ver, como antes; las noches con cielos refulgentes de estrellas, los arroyos dejaron de ser de aguas cristalinas y se convirtieron en conductos de aguas contaminadas por desechos industriales, contaminando también a los ríos y mares, un mercantilismo rampante llenó a las ciudades de anuncios comerciales destruyendo el paisaje urbano, el sonido acompasado de los grillos en la noche se cambió por el de los silbidos de las fabricas y el ruido del tráfico, el aroma de las flores en la mañana se afectó en muchas partes por el olor permanente y
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fétido, despedido por las industrias sin consideración alguna para los pobladores. Etc. etc. etc. Lo anterior sirvió como una llamada de atención para la humanidad.
En junio de 1972 se convocó a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, en Estocolmo Suecia, para analizar precisamente la crisis ambiental a la que se había llegado en el Mundo
En julio de 1976 se realizó la Conferencia de la ONU sobre los Asentamientos Humanos, cuestionándose el desequilibrio en los ecosistemas naturales causado por las megalópolis, recomendándose entre muchas otras cosas, ubicar a los nuevos asentamientos en donde esté el agua y el medio ambiente sea propicio, precisamente como se hizo en un principio para lograr construir un hábitat con calidad de vida. Y se convocaba a los gobiernos de los países para utilizar la planificación urbana y regional como instrumento de previsión. Y a parar el proceso de contaminación Ambiental.
En 1978 se realizó en México el XIII congreso mundial de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) con el tema: “Arquitectura y Desarrollo Nacional”, convocando a los arquitectos y a los gobiernos, a revisar cómo y en qué medida, la arquitectura y la planeación urbana estaban contribuyendo o no, para mejorar la calidad de vida y lograr un desarrollo verdaderamente equilibrado y armónico en los diferentes países del mundo. Esta era la primera vez que en muchos años participaban los arquitectos de China en la UIA.
En 1984 se reunió por primera vez la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (World Commission on Environment and Development), atendiendo a un llamado
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urgente de la Asamblea General de la ONU, con el objeto de establecer una agenda global para el cambio. Partiendo de la convicción de que todavía era posible para la humanidad el poder construir un futuro más justo, mas prospero y más seguro, la Comisión publicó mas tarde en 1987 un documento llamado “Nuestro Futuro Común” (Our Common Future). Este documento advertía a la humanidad del gran riesgo que se correría si no se reorientaba el desarrollo conseguido hasta ahora cuyos resultados solo “beneficiaban” a una minoría, perjudicando a la mayoría de la humanidad y destruyendo las mejores condiciones de vida. Por lo tanto habría que buscar nuevos modelos de desarrollo para lograr un desarrollo protector del progreso humano hacia el futuro con beneficio para todos, en suma: lograr un “Desarrollo Sostenible” porque eran verdaderamente alarmantes los resultados obtenidos por muchos países a fines del siglo XX.
Se convocaba a las partes a detener la inercia económica cultural que nos ha llevado a la subestimación del respeto al medioambiente y en muchos casos a su deterioro irreversible. Definían al “desarrollo sostenible” como “aquel que garantiza la satisfacción de las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
En realidad las múltiples alarmas encendidas sirvieron en cierta medida para que se lograran cambios importantes, sobre todo en algunos países desarrollados, pero estos fueron insuficientes y se quedaron cortas las predicciones catastróficas, porque todos los estragos causados por este desarrollo equivocado, ahora se verían magnificados ante el hecho de que ya se estaba dando un nuevo cambio climático
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en la historia de la humanidad y precisamente, por todo lo que hemos visto en estos antecedentes se comprueba que los efectos negativo de este cambio climático se están agravando por causas antropógenas
En 1992 se estableció la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, firmada por las partes; los países miembros de la ONU. De la cual es actualmente Secretaria, la señora Christiana Figueres, de Costa Rica.
Posteriormente en 1997 se convocó a las partes y se firmó el protocolo de Kioto que pretende bajar en un 5.2% para 2008-2012, la concentración de gases efecto invernadero (GEI) en la atmosfera, registrada en 1990, de cuando menos tres gases: CO2, CH4 yN2O en donde solo algunos países se comprometían a disminuir la emisión de GEI y otros lo dejaban pendiente. Actualmente y ante lo evidente, lo han firmado y ratificado todos los países. Con excepción de algunos de los que más GEI emiten a la atmosfera; como son los EU. Que contribuyen con una tercera parte del total y la Unión Europea quienes emiten casi una cuarta parte. Ellos aunque ya lo han ratificado no han adoptado un compromiso concreto para la reducción de sus emisiones y hasta la fecha solo se comprometen a declarar la cantidad que están produciendo y a tratar de disminuirlas, sin comprometerse a objetivos concretos en el corto mediano y largo plazo.
Pienso que debemos partir de una premisa incontrovertible:
El cambio climático es una realidad.
Una realidad con la que tenderemos que vivir de aquí en adelante sabiendo que sus consecuencias negativas en el
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corto plazo, hágase lo que se haga, lejos de aminorar se harán más críticas y por lo tanto las condiciones del medio ambiente empeoraran perjudicando a media humanidad. Las inundaciones que hemos visto serán mayores y también de mayor intensidad y más frecuentes serán los terremotos, los huracanes, tifones y tornados así como las tormentas de polvo y arena y demás fenómenos meteorológicos.
Entonces por un lado tenemos el calentamiento global en aumento, ocasionado por la concentración excesiva de los GEI y por el otro la destrucción de la capa de Ozono desprotegiéndonos de las radiaciones ultravioleta, razón ésta por la que ahora el sol es mucho más peligroso para los seres vivos. Todos estos males han sido causados principalmente por acciones antropógenas, razón por la cual, solo de los seres humanos y particularmente de los gobiernos de sus estados depende que estas acciones se reviertan en el mediano plazo mediante el compromiso serio y estricto para cambiar las condiciones actuales y los modelos de desarrollo, teniendo que tomar partido por la humanidad y no tanto por los grandes consorcios industriales y comerciales que pudieran salir afectados.
Todavía estamos a tiempo de salvar a nuestro planeta para las generaciones futuras si cobramos suficiente conciencia del problema y de qué es lo que debemos hacer para solucionarlo. Y sobre todo si las sociedades civiles y sus gobiernos se comprometen seriamente para llevar a cabo los cambios necesarios, porque hay que actuar sin dilación y con verdadera responsabilidad y seriedad ante el tema. Pero sabiendo claramente contra que estamos luchando, cuáles
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son nuestras posibilidades reales de éxito y que es lo que queremos y podemos lograr en el futuro.
Desde los siglos XVIII y XIX algunos científicos han señalado el funcionamiento de la Biosfera como una fuerza geológica que crea un desequilibrio dinámico que es la que en diferentes épocas ha promovido la biodiversidad en la Tierra.
Según la hipótesis Gaia del científico Británico James Lovelock: la vida en la tierra y el conjunto de todos sus fenómenos están sujetos a un sistema homeostático, por medio del cual se adapta a los cambios naturales e incluso antropógenos y puede producir los cambios necesarios, alterando el medioambiente si esto fuera útil para lograr su autorregulación y el mantenimiento del equilibrio. La Tierra cuenta entonces con estos recursos naturales (seres vivos o de materia inerte), los cuales utiliza y opera automáticamente.
En la hipótesis Gaia los diferentes sistemas de la Tierra se comportan como uno solo, como un sistema de autorregulación que comprende a todos los componentes básicos: físicos, químicos, biológicos y recientemente el componente humano, incluyendo las interrelaciones entre los sistemas de todos estos componentes. Sin embargo, si la hipótesis se pudiera comprobar, el problema es; ¿en qué periodo de tiempo se operaran estos cambios? y ¿cuánto se tardaran en recuperar el equilibrio perdido? O peor; que ese proceso auto regulador considere a la especie humana y sus acciones negativas que afectan fatalmente al medioambiente, como un peligro potencial. Y entonces nosotros seamos eliminados por el mismo proceso de homeostasis.
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La Convención Marco para el Cambio Climático ha realizado hasta ahora quince Conferencias entre las Partes, la última fue en 2009 en Copenhague. La decimo sexta Conferencia entre las Partes (The Conference of the Parties) de donde le viene el nombre de “COP 16”, se realizará en Cancún, México en noviembre 29 - 1 diciembre 2010.
¿Qué se puede hacer?
Son los gobiernos de los estados y solo ellos; los que tienen en sus manos la decisión para concertar los compromisos necesarios para actuar. Sería deseable, por la importancia del caso, que representa una situación de emergencia para la humanidad, que se llegaran en esta COP 16 a concretar acuerdos con carácter jurídicamente vinculantes, a manera de un tratado internacional. Aparentemente el tema preocupa ahora a todos por la evidencia de que el daño que hemos hecho a nuestro planeta se nos está revirtiendo y en grado verdaderamente alarmante. Por otra parte Todos somos responsables y nadie puede desentenderse de un mal que también nosotros hemos causado con nuestras actitudes, manera de vida y un hacer profesional muchas veces carente de ética. Todos tenemos que cambiar, son tiempos de reflexión y esta es la última llamada de atención para evitar; la desigualdad, el consumo excesivo de energía no renovable, la deforestación de bosques y selvas, la explosión demográfica irresponsable, la contaminación ambiental, el crecimiento industrial a costa de la miseria, la explotación del hombre por el hombre, las guerras, etc. etc. Para evitar que se siga afectando negativa y radicalmente la calidad de vida de las mayorías y así poder lograr el beneficio para todos.
San Pedro Garza Garcia septiembre 2010.