Es tan necesario descubrir que el estar solo, muchas veces lejos de ser una desventaja, o peor, una situación de tristeza; representa un enorme potencial positivo que la mayoría no consideramos. Es de lo mas conveniente para uno mismo el poder disfrutar de la soledad, aprender a mirar con una óptica diferente las cosas: por ejemplo el enorme placer de concentrarse en degustar una buena copa de vino, o paladear un exquisito manjar, escuchar una bellísima melodía, apreciar la belleza de un amanecer o un atardecer. Tener la posibilidad de meditar profundamente con toda tranquilidad y relajamiento, repasar la poesía que nos gusta, o volver a vivir con la imaginación los grandes momentos de nuestra vida. Por supuesto que hay que compartir, pero, alegrémonos de las veces que podamos tener la posibilidad de “estar con uno mismo”, además; esto es condición propicia para entrar en contacto con Dios.
Antonio Fuentes Flores