lunes, 3 de mayo de 2010

FABULA DE LA FAMILIA MEXICANA

Fabula de la Familia mexicana
Una familia grande, con muchos problemas y con muchos recursos, contrató a un administrador para que cuidara de su patrimonio y de su seguridad. Con el tiempo el administrador organizó el patrimonio y aunque disponía de él con demasiada libertad y “manga ancha” para quienes él quería, esto no importaba mucho porque las cosas iban más o menos bien y además parecía un verdadero benefactor; pero nada más lo parecía, porque el beneficio no llegaba a todos los miembros de la familia, a su gana solo algunos eran sus favorecidos y los otros, la mayoría, era engañada y utilizada, quedando siempre desamparada. La permanencia por tanto tiempo del mismo administrador fue creando costumbre y llegó el momento en que él se creía y actuaba como si fuera el dueño. Y la familia por la costumbre hasta cierto punto lo toleraba, pero poco a poco el mal administrador iba haciéndolo todo arbitraria y autoritariamente. La familia se dio cuenta de que siempre había sido robada y engañada, y no solo eso, sino que; la seguridad que le habían encargado salvaguardar, él mismo estaba coludido con los delincuentes y él mismo y sus secuaces habían violado sus hijas y asesinado a muchos de sus hijos, otros no habían soportado la situación y se habían ido de la casa y refugiado con los vecinos aunque no los trataran bien. Esta situación ya era intolerable y aunque era extremadamente difícil; la familia decidió cambiarlo y lo pudo hacer.
Contrató a otro administrador con gran satisfacción y emoción, porque sentía que se había quitado un gran peso de encima y porque no fue nada fácil hacerlo. Además creía que se había librado de quien tanto mal le había hecho; porque el nuevo le prometió llamarlo a cuentas, a ese quien se había erigido en dueño y que había dispuesto del patrimonio y mancillado a la familia. No tardó mucho en darse cuenta de que el nuevo era tan ladrón y vil como el anterior, con el terrible agravante de que sintiéndose incapaz, llamó al administrador pasado para que siguiera encargándose con él, de lo que “ya muy bien sabia hacer”
La familia es la que ya no sabe qué hacer, ni a quién recurrir, porque ya no encuentra opciones y ve con desconcierto que las otras familias si salen adelante, con beneficios para todos sus miembros, y esta familia se hunde cada vez más en un pantano difícil de salir, porque la circunstancia y la situación crítica no le dejan ver, y no le permiten encontrar verdaderas opciones. Verdaderos administradores honestos y capaces en quien confiar. Y la paradoja estriba en que dentro de sus miembros tiene a muchos con las cualidades y los tamaños necesarios. Pero los malos administradores han creado a propósito una situación tal, orientada para que se siga recurriendo a ellos mismos; a tal grado que, increíblemente la familia ya está resignada a que por lo pronto; tendrá que volver con el primero, continuando en grave riesgo su seguridad y su patrimonio……. ¿Cómo la vez?