Valores en nuestras vidas
Por: Antonio Fuentes Flores
Desde el principio de la filosofía, dentro de la cultura occidental, los primeros pensadores griegos se ocuparon del tema de los valores, aunque el concepto de valor todavía no suficientemente explícito, quedara incluido en el concepto del bien y de lo bueno. Así Sócrates (470 a 399 a. C.) en los diálogos de Platón dice a Callicles en el Diálogo Gorgias “en todas las cosas se debe obrar en vista del bien... así, es preciso hacer todas las cosas, hasta las agradables, en vista del bien; Y no el bien en vista de lo agradable... toda vez que, lo agradable y lo bueno no es una misma cosa... es lo agradable lo que causa en nosotros un sentimiento de placer en el acto mismo en que gozamos; y lo bueno lo que nos hace buenos mediante su presencia.” De igual forma, en el pensamiento de Aristóteles (384-322 a. C.) la concepción de valor quedará implícita en el concepto de la perfección moral, que engloba todo; virtud, cualidades éticas y estéticas, físicas y espirituales, que caen en el campo de lo que después se conocería como la metafísica aristotélica, en una mezcla indivisible de belleza y bondad. “El hombre moralmente recto no hace el bien porque le proporcione placer o ventaja, sino por el bien en sí mismo. De esta manera se le da la felicidad por añadidura”. Aristóteles inicia su ética nicomaquea1 diciendo que; “todo arte y toda investigación científica, lo mismo que toda acción y elección parecen tender a algún bien; y por ello definieron con toda pulcritud el bien los que dijeron ser aquello a que todas las cosas aspiran.”
Ya los estoicos, (Filósofos “del pórtico pintado” 300 a. C.) escuela fundada por Zenón de Citio, consideraban al valor como el objeto de la selección moral. La ética estoica era muy severa en contra de las pasiones; “hay que abstenerse y soportar, solo la razón debe dominar y prevalecer”.
Mientras que el estoicismo era renunciación, disciplina, auto control y recto modo de vida; para Aristipo de Cirene, discípulo de Sócrates, el placer egocéntrico y sensual del momento, sin importar las consecuencias posteriores era el valor supremo, una forma extrema del hedonismo en donde las leyes morales no existen, sino meras reglas subjetivas, relativas a los apetitos humanos.
1 Nicomaco era el nombre de su padre y también el de su hijo a quien dedico su ética. De aquí su nombre 1Otra forma de hedonismo, que seguía manteniendo el placer como el valor principal, fue el epicureismo (306 a. C.) sin embargo éste prefería los placeres intelectuales a los sensuales y sostenía que el placer supremo y verdadero solo es alcanzable por medio de la razón. Tal vez esta doctrina filosófica haya servido de base e inspiración a Johon Stuart Mill y su “utilitarismo” en el siglo XIX en donde se destaca la función de la razón y su utilidad para la lucha por mejorar la situación de la clase trabajadora, tratando, al final de cuentas, la búsqueda de la felicidad para el mayor número posible. Una cierta clase de hedonismo moderado, con fines humanitarios.
A través de la historia, el hedonismo extremo como el de Aristipo de Cirene, ha tenido recurrencias cíclicas, curiosamente coincidentes con los periodos en donde se inicia el declive de las grandes culturas, causado, en cierta forma, por los excesos en el goce y disfrute del poder, o por el abuso del poder mismo cuando se ha llegado a la cúspide. Y otras veces, como en la actualidad, por la frustración de la sociedad o parte de esta, que ante la impotencia frente a una realidad que piensan que los ha rebasado, por la ignorancia y el relajamiento de los valores, son presa fácil de todo tipo de vicios como las drogas, que en cierta forma son la salida fácil por la puerta falsa, a un placer ficticio que al final termina por esclavizarlos o destruirlos. La tendencia hacia éste tipo de hedonismo uno de los principales síntomas en la degeneración y extinción de las culturas.
Las controversias filosóficas más fuertes acerca del valor se dan en el siglo XVIII y particularmente en el XIX. Immanuel Kant. (1724- 1804) es uno de los filósofos que más se ocupa del tema, a través de sus obras, principalmente en la "Crítica del juicio" y en su ética, a través de la "Crítica de la Razón Práctica". El filosofo alemán señalaba al Valor como el bien objetivo y excluía lo relativo al placer y la belleza por la subjetividad que ambos conceptos llevan implícita, expone la noción de la buena voluntad y dice que "la felicidad, el bien y otros deseos de perfección, no podrán en ningún caso agotar los recursos de la buena voluntad, que es la voluntad a priori buena.", calificando de morales los actos de esta. La base racional de la conducta moral es el “imperativo categórico” como norma considerada incondicional, necesaria y absoluta de la acción dirigida por la voluntad y en base a la “ley universal de la naturaleza”. “La libertad fundamental del individuo es la libertad del gobierno de sí mismo, la libertad de obedecer en la conciencia las leyes del universo reveladas por la razón.”2
2 Immanuel Kant, Critica de la Razón Práctica.
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El autor de "Así hablo Zaratustra", Friedrich Nietzsche (1844-1900) en su obra establece la tesis: “donde hay vida hay voluntad de poder”. hacia finales del siglo XIX, provocó una verdadera revolución al plantear la necesidad de una transvaloración de todos los valores, que en 1888 termina en su obra “el Anticristo”, al cuestionar valores tradicionales de la cultura europea de fin de siglo, actitud esta, que deja de manifiesto el relativismo e historicismo del filósofo en su concepción de los valores. En ese mismo año, en “Mas allá del bien y del mal”, una crítica a la modernidad, analiza la ficción metafísica del mundo occidental. En la "Genealogía de la moral" (1887) Nietzsche afirma que la moral cristiana es fruto del "resentimiento", un resentimiento ante la vida, "Esta moral debe ser superada mediante un punto de vista situado más allá del bien y del mal", toda vez que Nieztche considera la vida y el poder como valores supremos, "la voluntad de vivir, es la voluntad de poder y dominio". En "La voluntad de poder," que no pudo ser terminada por el autor, se hace una crítica a los valores de su tiempo tratando de cambiarlos y reordenarlos. Aquí critica la hipocresía y simulación de la sociedad que exalta algunos valores por conveniencia y al mismo tiempo los niega con su manera de vida y su concepción misma de la vida viciada por los prejuicios religiosos y alejada de la realidad. Propone confrontar los valores vitales con los valores ficticios “que la moral y el resentimiento han hecho propios”.
José Ortega y Gasset (1883-1955). Filósofo español, célebre por su tesis "Yo soy yo y mi circunstancia", en 1895 criticó al filósofo austriaco Alois Meinong3 cuando, este, en Checoslovaquia publicó su trabajo "Acerca de la actitud de valorar y el valor"; en donde establece el valor como el objeto sujeto a una fuerza de motivación subjetiva, como si los valores fueran agradables. Ortega Y Gasset rebate: "La complacencia es ciertamente un estado subjetivo, pero no nace del sujeto sino que es suscitada y nutrida por algún objeto. Toda complacencia es complacerse en algo. El origen de ella no puede ser ella misma, o en forma grotesca lo agradable no lo es porque agrada, sino al contrario, agrada por su gracia o virtud objetiva". Cuando Ehrenfels4 también austriaco, definió en 1898 el valor como lo agradable; Ortega Y Gasset es categórico: "Es falso superlativamente que los rangos de los valores y aún su carácter positivo o negativo, sea en función del agrado y del enojo del deseo o repulsión". "Todas las complacencias y
3 Cuadernos del Centro de Valores Éticos del Tecnológico de Monterrey. 4 Cuadernos del Centro de Valores Éticos del Tecnológico de Monterrey
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enojos, todos los deseos y repulsiones, están motivadas por valores pero estos no valen porque nos agraden o los deseemos, sino al revés, nos agradan y los deseamos porque valen".
Max Scheler (1874- 1928) pretendió analizar el valor por medio de la metodología fenomenológica de acuerdo a su especificidad esencial, y plantea la independencia de los valores eternos e inmutables. Según Scheler si uno contempla lo absoluto, no lo contempla en sí, sino que contempla su propio pensar de lo absoluto. Así mismo, para él los valores son esencias puras y por lo tanto intemporales. “Los valores son entendidos aunque no lo sean más que en las cualidades de nuestros actos”. Scheler sostiene que los valores no tienen necesidad de ningún precepto obligatorio, sino que en sí mismos son algo que idealmente debe ser, que espera ser realizado por el obrar humano.5 Finalmente volvemos al comienzo, al pensamiento de los estoicos, en donde el valor era el objeto de la selección moral, a la disciplina inteligente de las elecciones de las normas o guías que tenemos que decidir cada quien en nuestro propio proyecto de vida, con el objeto de que podamos definir nuestros principios, como la base necesaria para buscar el camino que nos conduzca al logro del fin último.
HACIA UNA DEFINICION
Por alguna razón los diferentes pensadores6 han esquivado comprometerse con una definición directa y categórica sobre lo que es el valor. Pienso que el tener una definición de valor es punto de partida inevitable para la comprensión de su naturaleza y objeto. Por lo tanto, basándome en los diferentes pensadores, e interpretándolos; particularmente a Kant y a Ortega y Gasset entre otros, propongo la siguiente definición:
El valor es: El objeto esencial y conceptual del bien.
Si estamos de acuerdo en que el valor es el objeto esencial y conceptual del bien, luego entonces será preciso ponernos de acuerdo en que entendemos por el bien o ¿qué es el bien?: El bien es lo que intrínsecamente contiene un valor objetivo y es valioso convencionalmente. Existen dos clases de bienes: el bien material y el bien moral. Los bienes materiales son, genéricamente, los transferibles o intercambiables económicamente: Son
5 Johannes Hirschberguer. 6 Existen algunos autores, con los cuales no estoy de acuerdo, quienes afirman que una de las características del valor es que es indefinible. El autor.
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objetos o cosas. El bien moral es conceptual, relativo a la esencia del ser y al comportamiento de los seres humanos, es bipolar y lo podemos definir como:
La elección positiva que tiende a la perfección natural y nos acerca al fin último. De esta manera, y a “contrario sensu”; podemos definir al mal en el extremo de la polarización como: La elección negativa que estimula la deformación natural, la degeneración y la perversión, que nos aleja del fin último.
Platón decía: “el bien es un elemento esencial de la realidad, el mal no existe en sí mismo sino como reflejo imperfecto de lo real”, de lo natural. Según San Agustín el mal es la privación o ausencia del bien o de lo bueno.
Dentro de los bienes morales quedan considerados los bienes corporales individuales, toda vez que estos están sujetos a la elección que ejerce libremente cada persona sobre su propia integridad física.
MPORTANCIA DE LOS VALORES.
En alguna ocasión se me pidió dar una explicación sencilla de lo que son los valores, para un curso que se estaba impartiendo dirigido a niñas. Me gustó el reto, me puse a pensar en cómo podrían las niñas, de una manera simple, entender el concepto de valor y propuse lo siguiente:
Digan a las niñas que los valores son como lucecitas que nos van guiando en el camino de la vida para la realización del bien. Y pónganles el ejemplo del avión que en la noche para aterrizar a salvo, necesita que le iluminen la pista. Sin esas señales, solemos perder peligrosamente el rumbo de la vida.
Los valores constituyen elementos esenciales para la base y estructuración de nuestras vidas. Max Weber (1864-1920) planteo la tesis de la gran influencia que tuvieron los valores éticos y religiosos calvinistas para el desarrollo del capitalismo; efectos de gran trascendencia, dentro de esta tesis, los podemos comprobar en la acción definitoria que tubieron en el desarrollo de países como los Estados Unidos de América. En la inteligente elección y realización de los valores, la persona se realiza a sí misma; son en cierta manera los medios de selección para lograr el proyecto que nos hemos propuesto cada uno, para darle sentido a nuestras vidas.
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NATURALEZA DE LOS VALORES
Los valores tienen una identificación social, cultural e histórica, las diferentes sociedades a través del tiempo y del espacio, los han ido identificando y se han identificándo con los diferentes valores. Precisamente por su naturaleza objetiva, han sido apreciados históricamente de diferente manera, en este sentido se podría afirmar que ha existido una evolución pero no del valor, sino de la manera de apreciarlo. Ya que el valor en sí es absoluto y la relatividad está en la apreciación que del valor hace el sujeto, ya sea individual o colectivamente, tanto en el tiempo como en el espacio. El filósofo mexicano Dr. Agustín Basave Fernández del Valle7 afirma: “es la valoración la que depende del valor y no el valor el que depende de la valoración. Los valores como objetos ideales son intemporales inespaciales, inalterables”.
La paz como valor ha tenido una evolución en la manera en que las diferentes culturas lo han apreciado y sobretodo realizado. Aunque casi siempre ha estado en el ánimo de la sociedad como un valor importante, indispensable para el conveniente y positivo desarrollo de las sociedades. La historia misma nos enseña que en su realización muchas veces y paradójicamente se exalta a la guerra, sólo hay que recordar como inicia el himno nacional mexicano, sin embargo, aquí es usado en forma metafórica y en este caso el valor que ahí se busca destacar es el de la patria. La paz como condición necesaria del espíritu para su manifestación creativa y productiva, ha sido un valor apreciado también para la convivencia armónica de la sociedad y para el disfrute individual o colectivo de situaciones particulares, que sin esta condición no se darían. La paz es premisa fundamental para la realización personal y para la búsqueda del logro, muchas veces quimérico o fugaz, de la felicidad.
La patria, es un valor que prevalece en el ánimo de la gente, aunque de manera diferente de cómo era apreciado en el pasado, a tal grado de que muy pocos estarían dispuestos en la actualidad a ofrendar la vida (un valor fundamental) por la patria en una guerra que como todas, nunca estará clara la razón de la sinrazón de ser, de cuáles son sus verdaderos móviles, y si estos, ciertamente tienen algo que ver con la patria, su seguridad y soberanía, además de que siempre prevalecerá la duda de con que fines se
7 Tratado de metafísica, teoría de la habencia Cap. Noveno Ontología Modal pag. 153 a 157 inclusive, Editorial LIMUSA edición 1982.
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nos pretende utilizar, lo más seguro es que solo sera como carne de cañón y para fines aviesos. Para ser categóricos; hoy día las guerras de Vietnam o de las Malvinas no se podrían dar tan fácilmente como se dieron apenas hace unos años, invocando mentirosamente el valor de la patria, con un tremendo costo de vidas humanas jóvenes, para los diferentes bandos.
Paradójicamente, en la actualidad el valor de la patria, en algunas latitudes, está tratando de ser realizado, con actitudes extremas de auto inmolación por terroristas fundamentalistas, en esto influye determinantemente el fanatismo político o religioso, o una mezcla de ambos y en algunos casos los motivan verdaderos actos de injusticia y de barbarie, con un gran desprecio al valor de la vida, como son los casos de extremismo en Asia y Medio Oriente y de grupos separatistas en diversas partes del mundo.
Los valores son un medio para la realización personal, un instrumento de guía y selección para las personas y las comunidades, un parámetro que norma la conducta, tanto personal como colectiva, según la apreciación e importancia que les demos a cada uno de ellos, un valioso instrumento para elegir entre lo bueno y lo malo, convirtiéndose en los grandes motivadores de las acciones que caracterizan a nuestros principios.
Muchas veces cuando se habla de los valores se les menciona como “valores morales” porque se les relaciona inmediatamente con la conducta, con el comportamiento de los seres humanos y con el deber ser de esa manera de proceder. La moral es también un valor y es además, la parte de la filosofía, relacionada con la conducta ética de las personas y su conciencia del bien y del mal en los actos individuales o comunitarios producto de la voluntad. La manera de interpretar lo bueno y lo malo, puede variar diametralmente de una cultura a otra aún en la misma época. Es indudable que la concepción moral de un Jíbaro del Amazonas (Napo) al oriente de Ecuador y Perú, no es la misma que la de un europeo, aunque para cada uno de ellos sea válido su propia forma de apreciar los valores, la cual como hemos visto, siempre será subjetiva, por lo tanto, la moral es también la voluntad subjetiva de interpretar y realizar el bien.
VALOR Y VIRTUD:
Existe una tendencia inmemorial a confundir valor con virtud, tal vez porque desde el nacimiento del pensamiento filosófico, como hemos visto el concepto de valor no estaba suficientemente claro, por lo tanto conviene señalar ladiferencia. Comencemos por definir, ¿qué es virtud?; según
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Aristóteles "La virtud de un hombre será entonces aquel hábito por el cual el hombre se hace bueno y gracias al cual realizará bien la obra que le es propia"8 también para Aristóteles virtud es lo que añade perfección a una actividad. Por lo tanto:
La virtud es la capacidad del individuo para realizar el bien habitualmente, por medio de la razón y la fuerza de voluntad. Tradicionalmente podemos distinguir 5 tipos de virtudes:
Las establecidas por los primeros filósofos griegos llamadas, virtudes cardinales, que son 4: la prudencia, la justicia9, la templanza y la fortaleza.
La prudencia es la virtud que hace al hombre precavido, moderado y cauto en el actuar, para asegurar la posibilidad de logro sin conflictos, Confucio recomendaba: “piénsalo dos veces antes de actuar”.
La justicia como virtud es la condición de justo en el actuar de la persona con los demás, para reconocer y respetar a cada quien lo que le corresponde
La templanza tiene que ver con la disciplina personal, para sobre poner la razón a los instintos naturales y a los apetitos sensuales.
La fortaleza es la fuerza de voluntad surgida de la propia fuerza del espíritu, para sostener las convicciones propias.
Las virtudes cristianas llamadas también virtudes teologales, son: la fe, la esperanza y la caridad.
La virtud de la fe en la persona que la posee, es una virtud que puede significar una fuerza enorme “que mueve montañas”. “En verdad, os digo, quien dijere a este monte: quítate de ahí y échate al mar, sin titubear internamente, sino creyendo en lo que dice, se hará, lo obtendrá”10 por eso decimos que la fe mueve montañas, lo puede todo.
La esperanza es la virtud de los que tienen fe en Dios y confían en su divina intervención para el logro de lo necesario, o lo que mediante la oración se le ha pedido.
La virtud de la caridad la ejercen aquellos que siguiendo la doctrina de
8 Aristóteles ética Nicomaquea. 9 Aunque esta además sea uno de los Valores fundamentales, es entendida como virtud en cuanto a ser justo. El autor. 10 Poder de la fe. Evangelio según san Marcos.(23,24,25)
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Cristo se solidarizan con el sufrimiento de los demás, hacen lo posible por aliviarlo, de acuerdo al precepto de amar a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a ellos mismos.
Virtudes dianoèticas, según Aristóteles, las virtudes propias de la parte intelectual del alma, son: el arte, la ciencia, la cordura, la sabiduría, y el entendimiento
La virtud del arte es el talento que tienen las personas para cualquier forma de expresión artística y creativa, para recreación de ellas mismas y de los demás.
En igual forma la virtud de la ciencia la poseen aquellas personas con capacidad, disciplina y propensión para las actividades y el conocimiento científico en beneficio de la humanidad.
La virtud de la cordura caracteriza a todas aquellas personas que se distinguen por reflexionar, razonar cuidadosamente antes de hablar o tomar decisiones importantes.
La sabiduría es una virtud que lleva a la persona a beneficiar a los demás y a sí misma, mediante el buen juicio y el consejo acertado y oportuno.
La virtud del entendimiento beneficia al que lo posee y éste a los demás mediante la capacidad de deducción intuitiva del espíritu, a través de la inteligencia puesta al servicio del bien.
Las virtudes éticas, también según Aristóteles, son aquellas virtudes que obedecen a la razón y a la voluntad en el comportamiento de los individuos: la fortaleza, la templanza, la liberalidad, la magnanimidad, la humildad, la franqueza, y la justicia.
La liberalidad es una virtud equivalente a la generosidad, el beneficio a los demás sin esperar recompensa, dar antes que recibir, dicen que de esta vida no nos vamos a llevar lo que recibimos, pero si lo que desinteresadamente damos a los demás, toda vez que así trascendemos.
La virtud de la magnanimidad caracteriza a la persona que la posee como alguien, que sin ser megalómano piensa en grande, no se fija ni se detiene en pequeñeces y tiene hacia los demás una actitud de espíritu elevado y magnánimo.
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La humildad, se podría decir que es la virtud por excelencia, consiste no solo en reconocer sus propias limitaciones, sino en ponerlas por debajo de las de los demás, la humildad no es apocamiento nos dice Carlos Llano, ex rector de la Universidad Panamericana, es estimulo y acicate de superación; es reconocer que si bien, ante Dios todos somos iguales el verdaderamente humilde se considera todavía más pequeño. Así Cristo nos dice que el que se humilla será alabado y el que se alaba será humillado.
La franqueza es la virtud de la sinceridad, de la autenticidad del que no tiene dobleces, ni hipocresía en su trato hacia los demás. No debe confundirse esta virtud, con la actitud burda y ruda de quien sin consideración y respeto hacia los demás, se expresa ofensivamente.
Y por último, las virtudes que podríamos llamar sociales que son: la generosidad, la integridad, la humildad, la decencia, la lealtad, el espíritu de servicio, la valentía cívica entre otras.
La virtud de la integridad es la condición de la persona de ser integro, de respetar sus principios aun a costa del daño personal.
La decencia se da en las personas que tienen alta estima y consideración por los demás y actúan y se conducen con dignidad, decoro y honestidad.
La lealtad es una virtud que ennoblece a la quien la posee, la fidelidad que conlleva esta virtud es tanto consigo mismo como con los que por alguna razón, de liga, lazo afectivo o ley, estamos comprometidos a ello. Es parte fundamental e imprescindible del honor y la dignidad de la persona.
Las virtudes del espíritu de servicio y la valentía cívica están íntimamente ligadas, la primera es la actitud de solidaridad de la persona con la sociedad y su buena disposición y motivación para servirla, la segunda tiene que ver con el coraje y valor personal para denunciar aun a costa de su propia seguridad y la de su familia, hechos deshonestos que dañan la vida social.
Confucio distinguía entre las virtudes sociales; a la lealtad, la fidelidad a las promesas, el respeto a los mayores, y el valor en las causas del derecho.
El respeto a los mayores es una virtud que como se ha ido perdiendo pero que implica el reconocimiento a el valor de la sabiduría y de la dignidad.
La virtud de conceder valor a las causas del derecho habla del justo y del justiciero como tendencia relevante en la persona a realizar el valor de la
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justicia por medio de cada uno de sus actos que así lo demanden
La diferencia entre virtud y valor:
Del análisis anterior se desprende que: La virtud es inherente al individuo, al sujeto, no así los valores los cuales son independientes del sujeto, la virtud por lo tanto, como hemos visto radica en el sujeto y depende de sus hábitos y capacidades. El valor es independiente del sujeto, es el objeto al que se tiende en la realización del bien.
Sin embargo hay que reconocer que, algunos valores cuando son adoptados por el sujeto en su realización habitual pueden convertirse en virtudes de este. Tales como algunos de los casos que hemos analizado, de entre los cuales podemos señalar en forma particular como ejemplo, el valor de la honradez o el de la justicia entre muchos otros.
ORDENAMIENTO DE LOS VALORES
La realización de los valores motiva nuestra actuación en la vida, precisamente por "su gracia o virtud11 objetiva" como decía Ortega Y Gasset. Atendiendo a estas motivaciones podremos encontrar el objeto12 que para los seres humanos tienen los diferentes valores. Los seres humanos tenemos, entre otras, fundamentalmente las siguientes siete motivaciones:
Primera:
Las que están relacionadas con el tener; estas las podemos considerar como motivaciones primarias, que están directamente ligadas a los Valores materiales.
Todos quisiéramos que a nuestra familia y a nosotros mismos no nos faltara lo indispensable, tener capacidad económica para educarlos, para velar por su salud, para disfrutar del esparcimiento y poder gozar de los placeres de la vida, dicen que “las penas con pan son menos” y no dejan de tener razón. Y para que en los últimos años de la existencia contemos con los recursos económicos necesarios.
Las aspiraciones por el poder económico y político subyacen en la naturaleza humana, con mayor o menor intensidad dependiendo de la persona, pero ahí están y solemos darles salida, cuando no “rienda suelta“,
11 Su tendencia a la realización del bien. 12 Entendido el objeto como el fin al que se tiende, en la realización del valor.
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en la primera oportunidad. Precisamente cuando no se tienen principios, ni conciencia clara de los valores para orientar las motivaciones, es cuando se busca el poder por el poder mismo, lo que conduce directamente a la corrupción.
el poder económico y los prejuicios sociales nos hace ver distintos ante una misma situación, “poderoso caballero es don dinero” diría Quevedo, hay que reconocer que a lo largo de toda la historia, al poderoso se le ha tratado siempre con ciertas prerrogativas. Por eso el afán de tener, lo cual es muy comprensible, aunque no siempre justificable.
Segunda: Las motivaciones secundarias son las que nos conducen a el ser, y están
relacionadas con los valores intelectuales.
Para poder ser, es necesario cultivarse y para esto es preciso una gran determinación del individuo para poder salir delante, es necesario superarse personalmente, trabajar intensa y disciplinadamente, siempre buscando la excelencia, cumpliendo y superando metas. Y mediante un gran esfuerzo y sacrificios personales a lo largo del tiempo, adquirir el conocimiento suficiente, que le de ventajas competitivas para al final, conseguir la sabiduría necesaria que lo lleve a obtener cierta forma de poder. Para poder ser.
Tercera:
Las motivaciones terciarias o superiores que estarían orientadas a la necesidad de el trascender, unidas firmemente a los Valores espirituales. Hemos dicho que de esta vida no nos vamos a llevar nada, solo lo que damos, porque con ello trascendemos. Y esto lo hacemos en múltiples formas por ejemplo: a través del amor demostrado a nuestros hijos, a nuestro prójimo, a nuestra familia a nuestra patria, acordándonos que el amor se demuestra con obras, con hechos concretos no solo con palabras.
Se trasciende por medio del trabajo de calidad que realizamos en beneficio propio y de los demás, a través de las obras de excelencia reconocidas por la comunidad, a través de la belleza expresada mediante la creación artística, a través de los actos heroicos o sobresalientes que la circunstancia nos da la oportunidad de realizar.
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Para aquellos que creen en Dios y siguen una religión, la manera de vida ordenada y disciplinada como acto de amor a Dios, es también una buena manera de trascender.
No podríamos afirmar que las motivaciones secundarias o terciarias sean más importantes que las primarias y viceversa o cualquier otra de las demás, lo que sí podemos afirmar es que lo verdaderamente importante, es el equilibrio logrado por la persona en cuanto a sus motivaciones.
Un individuo que se conforma solo con el tener, despreciando las otras motivaciones, podría acumular riquezas y lograr el poder económico, pero sería un ignorante y un egoísta. El que solo se concrete en las motivaciones secundarias podría ser alguien con muchos conocimientos para el mismo, inservibles para los demás, o bien alguien que puede llegar a acumular un gran poder convirtiéndose en un dictador autoritario, como ha habido muchos. El que solo se limitara a las motivaciones terciarias podría ser un místico o un ermitaño, pero estaría en desequilibrio como ser humano normal.
Según Bertrand Russell (1872-1970) “tanto el acético como el sabio son pobres modelos humanos porque ambos son individuos incompletos, los seres humanos completos participan en plenitud de la vida de la sociedad y expresan todo lo que concierne a su naturaleza”.
Los otros objetos importantes de los valores los podemos señalar como:
Cuarta:
El objeto moral de nuestra actuación, la eticidad de el comportamiento humano es decir todo lo relacionado con la conducta de los individuos y las comunidades mediante el ejercicio de la voluntad; relacionado directamente con los Valores éticos.
El ser humano salvo casos excepcionales no vive aislado, vive y convive en comunidades, por éste solo hecho adquiere la responsabilidad de seguir un comportamiento aceptable para esa comunidad y para el mismo como individuo, como ser social, lo que lo motiva a llevar un comportamiento tal que le ayude a lograr una mejor convivencia en su hábitat.
La conducta de los seres humanos, dentro de su libertad y su derecho a decidir lo que más le conviene al individuo, está regida por diversas normas de justicia y de moral que exige la convivencia, que se constituyen en verdaderos parámetros del comportamiento, que queramos o no,
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debemos respetar, so pena de violentar nuestra situación con la comunidad misma y nuestra paz espiritual interna relacionada directamente con la conciencia.
Quinta: Las motivaciones que tienen como objeto a el Estado y se relacionan con
los valores cívicos. Si atendemos al concepto de Estado moderno, tenemos que: el Estado es la organización jurídica y política de la sociedad quien en pleno uso de su soberanía y dentro de su territorio nacional delega en un gobierno elegido democráticamente por la mayoría; el uso de la autoridad, la fuerza y el poder legitimo para el logro del bien común. Por lo tanto son múltiples los valores que se relacionan con la función del Estado.
Atendiendo al concepto hegeliano; que establece que el fin principal de la conducta humana es el Estado, considerando que la pertenencia al Estado implica el estricto cumplimiento de los deberes sociales que está obligado a asumir el individuo, en esta forma la integridad de los individuos, se conforma en gran parte, precisamente de sus relaciones sociales; luego entonces podremos comprender la importancia de estas motivaciones.
Sexta:
Aquellas motivaciones cuyo objeto es la cultura y el arte: los valores culturales. Si consideramos que la cultura es la manera de ser, la manera de vida de los seres humanos en el tiempo y en el espacio, que es también el cultivo de las expresiones éticas y estéticas de los grupos humanos través a del tiempo, que adquieren un carácter distintivo con el producto que cada grupo aporta pleno de conocimientos, tradiciones y costumbres, al contexto de la cultura de la humanidad. Así podemos entender porque el tema de la cultura es fuente de importantes valores que tienen este objeto.
Séptima:
Y por último, los que su objeto es la persona misma, los valores personales, que podemos encontrar en la búsqueda del desarrollo integral de la persona, la necesidad de vivir la vida plenamente, con salud mental y corporal, salud física y espiritual, con dignidad y libertad, buscando la felicidad para nosotros mismos y para aquellos que mas queremos, por medio de un afán que generalmente demanda un gran esfuerzo y por lo mismo una acción disciplinada si se quiere tener éxito en el logro de los
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propósitos y con el cumplimiento de la responsabilidad que la persona, o el individuo en este caso tiene consigo mismo y con los demás.
En estos siete temas podríamos englobar en forma genérica los valores para su ordenación por lo que propongo la siguiente tabla de valores dispuesta de acuerdo al objeto13 y tipo de Valores, con una separación final en dos grandes grupos, los valores fundamentales y los valores estructurales:
TABLA DE VALORES
I.
II:
Objeto: El tener
Valores materiales
1. Riqueza 2. Placer 3. Poder 4. Trabajo 5. Economía 6. Justicia
7. Paz Objeto: El ser
Valores intelectuales
1. Sabiduría 2. Educación 3. Poder
13 Diferentes objetos pueden contener el mismo tipo de valores.
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4. Trabajo 5. Excelencia 6. Disciplina 7. Conocimiento
III. Objeto: El trascender
Valores espirituales
1. Amor 2. Religión 3. Familia
4. Patria 5. Belleza 6. Trabajo 7. Excelencia
IV. Objeto: la conducta
Valores éticos.
1. Verdad 2. Honradez 3. Justicia 4. Moral 5. Responsabilidad 6. Respeto 7. Trabajo
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V. Objeto: El Estado
Valores cívicos
1. Libertad 2. Justicia 3. Paz 4. Democracia 5. Sociedad
6. Cultura 7. Poder 8. Economía 9. Bien Común
10. Medioambiente 11. Solidaridad 12. Honor
13. Soberanía
14. Patria VI. Objeto: La cultura
Valores culturales.
1. Historia 2. Arte 3. Tradición y costumbre 4. Democracia
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5. Placer 6. Elegancia 7. Belleza
VII. Objeto: La persona
Valores personales
1. Vida 2. Dignidad 3. Libertad 4. Salud 5. Amistad 6. Disciplina 7. Honor
Los anteriores son los valores genéricos, de estos se derivan los específicos que pueden ser tan numerosos como el análisis racional lo propicie y de acuerdo a las características particulares de las motivaciones de cada persona.
Del ordenamiento anterior podemos separar los valores en dos grandes grupos: los valores fundamentales y los valores estructurales; los fundamentales son aquellos en donde basamos nuestra existencia y sin los cuales la vida no tendría sentido y los estructurales son los que apoyados en los fundamentales, estructuran nuestro proyecto de vida y nos ayudan para el logro del fin último.
San Pedro Garza Garcia Nuevo León México, 14 de febrero 2011
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