martes, 20 de marzo de 2012

Acerca de Dios Y Quienes dicen Representarlo.



 El estado actual del mundo, caótico, injusto y desenfrenado; no lo creó Dios, lo hemos creado los Hombres.

Dios creó al Hombre y le dio un hábitat natural en un universo con una mecánica previamente establecida y una dimensión increíbles por su exactitud, belleza y extensión. Y viendo que el comportamiento del hombre, conocedor del bien y del mal, habiendo hecho uso de la libertad infinita que él le había dado, le estaba acarreando grandes calamidades y sufrimientos. Y no  deseando modificar en nada la esencia de su creación, pero al mismo tiempo queriendo ser justo en ello, tomó una determinación trascendente:

Dios decidió acudir al hábitat del hombre, con la misma naturaleza humana,  y sufrir en esas condiciones; daños iguales o peores a los que sufría el hombre, ofreciéndose en calidad del cordero que sería sometido al sacrificio para la redención de los hombres y al mismo tiempo poder comunicarles como veía él la realidad por la que atravesaban, cuáles eran sus deseos en cuanto a su conducta; para así poder vivir en armonía con sus semejantes y con la naturaleza que les había dado para disfrutar de la belleza y alcanzar la perfección. Y quien cumpliera sus deseos y mandamientos, tendría un lugar eterno junto a él en donde ya no habría mas sufrimiento. Para realizar esto decidió transformar una parte de sí mismo en hombre, como “el Hijo del hombre”, con todos los sentimientos, amor y relaciones filiales que ello implica, dispuesto al sacrificio. Y otra parte en espíritu de luz y orientación, para que una vez cumplida la misión en la tierra como hombre y como Dios; el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, continuara iluminando el camino y orientando a hombres y mujeres de buena voluntad  hasta el fin de los días.

Dios no tenia un pueblo elegido, no lo podía tener, para él todos los pueblos y razas de la tierra son iguales. Y ya que las culturas de oriente tenían un comportamiento mas ordenado y menos alejado del bien; por tanto escogió a la parte mas conflictiva en el mundo en cuanto a la conducta del hombre y también la mas avanzada en cuanto al desarrollo material en ese tiempo;  escogió dentro de las culturas de occidente al Imperio romano y aquí, al pueblo judío, que había tenido varios profetas, algunos de los cuales, como sucedió con otros pueblos, habían sido inspirados por Dios y dentro de sus escrituras, consideradas sagradas por ellos, tenían prevista la venida del Mesías (Cristo en griego).

Jesús, Dios hecho hombre, para cumplir la misión en la tierra, en el hábitat del hombre; nació como un ser humano, de una mujer humilde, limpia de mancha, una jovencita que aceptó ser el vehículo de Dios para que éste llegará a la tierra con las mismas características de un ser humano. Sólo ella fue previamente advertida, y cundo lo supo, y lo aceptó sin conocer muy bien las dimensiones de lo que vendría; se convirtió en el ser mas solitario pero también el mas bendecido de la tierra. Su hijo sería también como ella, una persona humilde y sencilla de principio a fin, a la cual cuidaría y formaría en su niñez, con esmerado cuidado y profundo cariño maternal.

Otro heraldo en la tierra anunciaría la venida del Señor. La constante de humildad y sencillez en todo lo relacionado con el hijo de Dios, se haría presente también en éste. La misión de él era anunciar su venida; dar testimonio de la verdad y convocar a todos a corregir las conductas y enderezar los caminos. “La voz del que clama en el desierto” utilizaba simbólicamente el agua del río Jordán para lavar las culpas, convocaba a todos a la reconciliación y a recibir al hijo de Dios. Cuando lo vio, sin conocerlo, supo de inmediato quien era: “he aquí el Cordero de Dios que lleva el pecado del mundo” y con él se hizo presente también el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo que daba con ello testimonio de quién era en realidad Jesús. “Aquel sobre quién vieres descender el Espíritu y posarse sobre Él, ese es el que bautiza en Espíritu Santo”.

Llegado el tiempo Jesús escogió a quienes serían sus discípulos, simbólicamente uno por cada una de las tribus de Israel, ellos serian los que darían testimonio de su acción y recibirían directamente sus enseñanzas. No le preocupó que no tuvieran mayores conocimientos, seleccionó para esto a gente sencilla y humilde como debería ser el “nuevo pueblo”, gente de buena fe. La mayoría se dedicaba a la pesca y todos tenían una familia. Ellos serian la simiente que daría fruto a través de muchos hombres y mujeres que después del sacrificio y la resurrección del Señor predicaron el mensaje de Jesús, bautizaron a los demás, dieron, simbólicamente, a comer su cuerpo y a beber su sangre, difundieron sus enseñanzas y doctrina, a todos por todas partes, sin importar raza o religión y trataron de seguirlo.

Finalmente se vería despreciado y reducido al mas ínfimo nivel, ultrajada su dignidad, calumniado, difamado, torturado, azotado con flagelos que terminaban en piezas metálicas. Fue ridiculizado; calándole a palos una corona de punzantes espinas, que como clavos de acero se incrustaron en su cabeza causando un inmenso dolor físico y espiritual, fue  humillado, escupido, pateado y vejado. Hasta convertir su cuerpo en un cumulo de heridas sanguinolentas. Y condenado injustamente a morir clavado en una cruz como un criminal, imponiéndosele la pena capital de los romanos, como al peor de los bandidos, así se vería morir casi solitario en esa cruz, entre dos malhechores; en esta forma se consumaba el sacrificio al que había venido y al que  voluntariamente se había sometido por la redención de los hombres, como el cordero de Dios que era, para quitar el pecado del mundo con su muerte.

“Destruid este templo y en tres días yo lo volveré a levantar”

“Porque así amó Dios al mundo; hasta dar a su hijo único, para todo aquel que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo por Él sea salvo. Quien cree en Él, no es juzgado, mas quien no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del hijo único de Dios. Y este es el juicio: la luz ha venido al mundo, y los hombres han amado mas las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo el que obra mal odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. Al contrario, el que pone en practica la verdad, viene a la luz, para que se vea que sus obras están hechas en Dios.”

El conflicto que llevó a la muerte y al sacrificio a Jesús, no fue con las gentes del pueblo, con los judíos, fue con las autoridades religiosas oficiales; los sumos sacerdotes, los escribas y fariseos, con la jerarquía del poder constituido en ese entonces, que lejos de un afán religioso verdadero, eran movidos, como ahora, por la codicia y el poder terrenal, y sentían amenazado ese poder y su estatus personal; por los portentosos hechos de Jesús en todos los ámbitos como el hijo de Dios que era y la trascendencia de tantos milagros y hechos prodigiosos por lo que mucha gente lo seguía.

“no hagáis de la casa de mi Padre un mercado”, les había dicho a los sacerdotes y comerciantes, echándolos del recinto con un azote improvisado; porque sin respeto usaban el templo como casa de cambio, de recaudación de limosnas y para el intercambio de mercancías, dentro de las cuales estaban también las que serian utilizadas en los sacrificios.

“Mi reino no es de este mundo”, dejó establecido con firmeza y claridad, aunque mas tarde los reyes lo hicieran rey; “Cristo Rey” con corona de oro y piedras preciosas para que se pareciera a ellos, aunque ellos nunca se parecieran a Jesucristo.

“Bienaventurados los pobres de espíritu”, les decía para acentuar la conveniencia de no apegarse al poder, a los bienes materiales y a las riquezas por la riqueza misma. Ya que “es mas fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja que un rico pudiera entrar al reino de los cielos”.

“Soy yo el camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre sino por mi. Si vosotros me conocéis, conoceréis también a mi Padre. Más aun desde ahora lo conocéis y lo habréis visto.” Les dijo enfáticamente para que no hubiera duda de quien era él y que el Hijo y el Padre son uno mismo.

 Y enseño la oración a sus  discípulos para estar en comunicación directa con Dios:

Padre nuestro,
que estas en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino,
hágase Señor tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
y perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación,
y libranos del mal.
Amen.

Santificamos el nombre de Dios; cuando cada quien tratamos de hacer de nuestra vida una obra de arte, plena de generosidad, de amor y de entrega a sus semejantes.

Y como su “reino no es de este mundo”; su reino vendrá a nosotros cuando se dé el final de los días.
    
“Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”  dijo a los sumos sacerdotes por medio de los fariseos, señalando con claridad; que son totalmente diferentes e incompatibles, las cosas materiales del poder terrenal y las cosas del poder divino.

“Aquel de vosotros que este sin pecado, que tire la primera piedra
 contra ella.” Parece que se adelantaba y esto les decía a la futura jerarquía eclesiástica de todas la religiones, inquisidores de todos los tiempos, cuyo abuso, explotación e intolerancia ha sufrido y sigue sufriendo el genero humano.

A través de parábolas transmitió su doctrina y sentó las bases de ésta por medio de mensajes muy claros para algunos y enigmáticos para otros, mediante aforismos transmitió en la conciencia del hombre, formulas de armonía para la actuación entre ellos mismos, con los demás y con las leyes de la naturaleza: 

“La verdad os hará libres” (la mentira es la peor esclavitud)

El comportamiento del hombre, dentro de su naturaleza, siempre se ha debatido entre la dicotomía del bien y del mal. La decisión por el bien supone muchas veces el sacrificio, la integridad, el trabajo intenso, la disciplina personal, el orden, el apego a la verdad, la tendencia a la perfección y siempre a la larga, o a la corta; trae consigo la paz espiritual, la satisfacción personal y en algunos casos la felicidad. La inclinación por el mal es alentada por los vicios; la mentira como sistema; la falta de respeto por el derecho ajeno; el placer aparente, momentáneo y sin limites; el poder a ultranza; la codicia; el éxtasis temporal; la perversión; siempre al final la persona es atraída por el canto de las sirenas y cae sin remedio en las redes de la esclavitud.

“Todo el que comete pecado es esclavo del pecado”

“El ladrón no viene sino para robar, para degollar, para destruir. Yo he venido para que tengan vida y vida sobradamente”

“No todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos sino el que haga la voluntad de mi Padre”. Les decía para que lo oyeran  todos aquellos que “tocaban la campanita” para que se les viera orar y que eran generosos dando limosna y cumpliendo rigurosamente los preceptos de los sumos sacerdotes, creyendo que así podían comprar su salvación.

“No juzguéis según las apariencias, sino que vuestro juicio sea justo”

“El mayor entre vosotros será como el menor y el que manda como el que sirve”.

“El que se humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado”

“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros, para que, así como yo os he amado vosotros también os améis unos a otros.”

“El buen pastor pone su vida por las ovejas”

“En verdad en verdad os digo Yo soy la puerta de las ovejas”

“En verdad en verdad os digo si alguno guardare mi palabra no verá jamás la muerte”

“Yo y mi Padre somos uno”.

“El Padre es en mi y Yo soy en el Padre”

“En verdad, en verdad, os digo, no es el siervo mas grande que su Señor ni el enviado mayor que quien lo envía.”

“Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mi aunque muera revivirá. Y todo viviente y creyente en Mi, no morirá jamás.”

“Yo soy el pan de vida, quien viene a Mi no tendrá mas hambre, y quien cree en Mi nunca mas tendrá sed”

“Trabajad no para el manjar que pasa sino para el manjar que perdura para la vida eterna y que os dará el hijo del Hombre, porque a este ha marcado con su sello el Padre Dios.”

“el que tenga oídos que oiga y el que tenga  ojos que vea”

 Que diferencia tan grande existe en pleno siglo XXI entre el mensaje de Jesús y el comportamiento de muchos de la alta jerarquía eclesiástica que pretende representarlo; nada mas diametralmente opuesto. Ellos desde mucho tiempo atrás se ligaron con el poder político y económico, sofisticaron sus practicas rituales y las enmarcaron en oro y piedras preciosas, justificaron los medios (incluso los mas aviesos y contradictorios) para lograr los fines, prefirieron la riqueza material a la espiritual y reprimieron a la verdadera iglesia que es la comunidad que trata de seguir la doctrina de Cristo. En la actualidad muchos de la alta jerarquía se parecen mas a los sumos sacerdotes, escribas y fariseos que combatieron a Jesús. ¿En donde quedó la sencillez y la humildad? ¿En donde el ejemplo de Cristo?

El hombre no es un animal pero tiene un parecido idéntico. Por tanto su opción, dentro de la libertad infinita que Dios le ha dado; es actuar como un animal, como una bestia, o como un ser humano, como un hijo de Dios.

Antonio Fuentes Flores, 18 de marzo 2012.
    


sábado, 17 de marzo de 2012

JUÁREZ.




POR: Antonio Fuentes Flores.
San Pedro Garza García N L. a 21 de Marzo del 2012.

Hoy comienza la primavera, sin duda la mejor época del año, la naturaleza se renueva después de los estragos sufridos por el invierno. Con los acordes de la música barroca de Vivaldi en nuestra mente, oímos el canto de los pajarillos, vemos los renuevos de las plantas y el florecer del campo.  Yo los invito a volar con la imaginación en el tiempo y en el espacio y a situarnos, en un día como hoy en 1806 hace mas de 200 años, al sur de nuestra tierra la República Mexicana, en donde se hacen nudo las cordilleras  y nace la Sierra Madre, en  lo abrupto de las serranías de Oaxaca, en un pueblecito de la Mixteca alta llamado San Pablo Guelatao. El frío de la madrugada provoca el humear de las chimeneas de las casas de madera y adobe, los líquenes de verde esmeralda brillante proliferan con el ambiente húmedo e impregnando con el característico aroma a madera de pino y trementina, cubierto por un cielo limpio y estrellado, en donde el tintinear de las estrellas poco apoco va desapareciendo con el despuntar del alba. Aquí en San Pablo Guelatao, asistimos ahora con la música de la chirimía, al nacimiento de un niño; en una humilde casita de una familia zapoteca.

Siempre el nacimiento de un hijo es motivo de alegría para la familia, los seres humanos a diferencia de los animales somos, cuando nacemos, los seres más desprotegidos y necesitamos del cuidado de la madre y el padre para los primeros años de nuestro desarrollo; el amor y cuidado de la familia es fundamental. Benito Pablo nació en una familia bien integrada, hijo de Marcelino Juárez y Brígida García, fue el tercero después de sus hermanas Josefa y Rosita. Al principio disfrutó de los tiernos cuidados de su madre y su padre y el calor de la familia, pero a los escasos tres años de vida, siendo todavía muy pequeñito, se le vino el mundo encima. Muere su padre y al nacer su hermana María, muere también su madre. El mágico encanto que lo protegía desaparece y de pronto se encuentra a merced de los parientes, quienes para fines prácticos se reparten a los niños, quedando Benito a cargo de su tío Bernardino un pastor de muy escasos recursos en todos sentidos.

El niño, de pronto se convierte en pastor para ayudar a su tío, y pasa largo tiempo de absoluta soledad con el mismo, con las ovejas y los perros, una vida sumamente rudimentaria y de penurias, hablaba solamente en la lengua zapoteca de sus padres,  aunque su tío le empezaba a enseñar el castellano. Dicen que no hay mal que por bien no venga, toda vez que la misma soledad le dio tiempo más que suficiente para la meditación y la reflexión en cuanto a la razón y objeto de su existencia. Por las eventuales platicas con los arrieros que se encontraba en el camino de la sierra, empezó a oír sobre  la ciudad de Oaxaca, a la que el pastorcillo magnificaba con su imaginación. Amaba todo lo que lo rodeaba; personas, naturaleza, trabajo, y le atraía sobre manera la posibilidad de nuevos conocimientos, visitar otros ámbitos y conocer otras maneras distintas de vida, sobre las que había oído.

Su tío le había prometido, a petición suya, llevarlo a Oaxaca, la capital del Estado, distante un poco más de once leguas de San Pablo Guelatao, para estudiar en alguna escuela, pero el tiempo pasaba y la promesa no se cumplía, por un lado realizaba con gusto y esmero su trabajo de pastor y por el otro ardía en ansias por descubrir nuevos horizontes y cultivarse aprendiendo nuevos conocimientos y por supuesto aprender el idioma castellano necesario para ello.

Algunas personas del pueblo que iban a Oaxaca a la fiesta del Cerro, la Guelaguetza, cada primer lunes de Julio, al regresar a San Pablo y contar lo acontecido tal vez con alguna natural exageración, aumentaban desmedidamente la curiosidad de aquel pastorcillo que había dejado de ser niño y se había convertido en un jovencito adolescente. Un jueves 17 de diciembre de 1818 a la edad de  12 años, con motivo del robo de una oveja  que le hicieran unos arrieros, temiendo la ira de su tío, ya no pudo más y en contra de la voluntad de este y con gran pesadumbre por lo que abandonaba, se fue en busca de "la tierra prometida"; Oaxaca en donde trabajaba Josefa su hermana mayor, al servicio de la familia Maza, don Antonio Maza y doña Petra de Maza, a donde llegó la misma noche de ese día

 La capital del Estado fue para Benito casi tan grande como sus expectativas aunque diferente de lo que su imaginación había creado; nunca había visto tanta gente, ni tan bien vestida paseando en hermosos carruajes tirados por briosos y finos caballos sobre calles empedradas, no habían pasado por su imaginación espacios urbanos tan maravillosos y ricos como el atrio del templo de Santo Domingo, el cual sería su preferido. Su hermana Josefa lo acogió con gran cariño, con la venia de sus patrones, como corresponde a la gente de gran nobleza. En la cocina los dos hermanos platicaban en lengua zapoteca ya que Benito no hablaba todavía bien el castellano. El sacerdote franciscano don Antonio Salanueva lo llevo a confirmar y se hizo cargo de su educación, Juárez siempre lo llamó padrino, con mucho cariño. El taller de encuadernación del padre Salanueva significó para Benito la gran oportunidad de trabajar, ir aprendiendo el castellano y cultivarse intelectualmente.

El 7 de enero de 1819 el padre Salanueva lo llevo a la escuela, pero ahí se practicaba una cierta forma de "apartheid", de discriminación hacia los indígenas por los niños llamados "decentes". Por su parte Benito nunca había usado zapatos y no los usaría hasta los 14 años, además todavía no hablaba suficiente castellano y la diferencia de edad con sus compañeros de grado era mucha, por lo que sufría burlas y discriminación de compañeros y maestros. Viendo afectada su dignidad como persona y no pudiendo aceptarlo, abandonó la escuela.

Tres años mas tarde, a los 16 años de edad, su padrino, el cura franciscano don Antonio Salanueva quien, quien se había hecho cargo de su educación empezando por el castellano y enseñándolo a leer, lo matricula en el Seminario Pontificio en donde abraza por igual la religión católica y el pensamiento liberal, decidiéndose mas tarde, por este ultimo para su futura actividad profesional. Benito nunca separo de su mente los años de su infancia y las gentes con las que convivió y su triste condición de pobreza e ignorancia, contra lo que lucharía toda su vida.

Juárez fue un joven religioso que amaba la solemnidad de los actos litúrgicos y el canto gregoriano y sobre todo la doctrina de Cristo, pero sentía con agudeza, cómo la misma doctrina cristiana contrastaba con la manera de vida y la ligereza de un clero político de gran poder, alcahuete de la aristocracia y amante del poder. Benito se acostumbro a luchar en contra de la injusticia y de la adversidad, como abogado en ciernes estaba siempre presto a ponerse del lado de los más débiles y desprotegidos, lo que demostraba respondiendo a una profunda y autentica vocación política, la cual ejercería para el servicio de los demás y sobre todo de los más necesitados.

En 1827 abandona el seminario para ingresar en el recién formado Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca  del cual sería años más tarde uno de sus más ilustres directores, el instituto era una escuela liberal no bien vista por la jerarquía eclesiástica, sin embargo le sirvió a Benito para afianzar consolidar su pensamiento político y empaparse de la filosofía emanada del pensamiento de la ilustración y de la revolución francesa, comulgaba con Voltaire cuando decía "estaré hasta la muerte en contra de lo que dices pero defenderé también hasta la muerte el derecho que tienes para hacerlo", por lo tanto reprobaba la intolerancia religiosa de ese tiempo.

El padre Salanueva estaba inconsolable pues veía perdido a un posible gran sacerdote, pero por otro lado intuía que lo que se estaba gestando además de un gran jurisconsulto, era un ser humano de excepcionales dimensiones y seguramente todo un gran estadista, por lo que en cierta forma se sentía satisfecho. El que también se mostraba complacido con el asombroso progreso de Benito y lo apoyaba y justificaba en su decisión, era don Antonio Maza, quien después sería su suegro al casarse más tarde Benito, con su hija Margarita.

Hay que reconocer que la actitud de Juárez con su definición profesional, fue de una gran congruencia con la circunstancia histórica en la que se debatía el país, sumido dentro de un proceso revolucionario de grandes cambios. Al terminar la etapa virreinal que durante 300 años había prevalecido y darse el nacimiento del Estado mexicano, con base en la constitución de 1824; Juárez sentía que debía de estar del lado del cambio libertario para consolidar la República que se veía amenazada por un imperio de opereta.

Cuando se convoca a nuevas elecciones en 1828, Juárez era todavía estudiante de derecho, y las opciones electorales que tuvo; fueron un conservador, don Manuel Gómez Pedraza y un liberal, don Vicente Guerrero, su decisión fue por el liberal con el que se identificaba plenamente. En 1929 llega al ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca como regidor. En 1831 y 1833, fue elegido diputado en elcongreso del estado.

A partir del inicio de la carrera política de Juárez y por su verticalidad e integridad, este se convierte para muchos en un adversario temido y combatido, por lo que seria calumniado hasta sus últimos días, sobre todo por aquellos que no podían aceptar ser rebasados y superados por un indio y mucho menos que este pretendiera cambiar el estado de cosas que a ellos los favorecía y los privilegios que tenían de quienes detentaban el poder. Sus ideas liberales por el Estado laico eran combatidas por la aristocracia; sin  importar que estas ya se hubiesen establecido en el mundo desde el siglo XVIII, sobre todo en los países mas avanzados.

La única arma que tenían sus enemigos para combatirlo era la calumnia y como lo hacían avalados y respaldados por la alta jerarquía de la iglesia católica (quien veía amenazados sus intereses), una buena parte de la sociedad lo creía y lo sigue creyendo. Lo que mejor puede hablar por las personas, que como Juárez fueron grandes figuras de la historia universal; son precisamente los hechos concretos por los cuales fueron reconocidos. Analicemos sólo algunos de los múltiples hechos que registra la historia universal:

Huérfano de padre y madre a los tres años de vida; recluido en actividades de pastoreo por casi 10 años; a los 13 años todavía no dominaba el castellano y andaba descalzo; su condición de indio no le ayudaba para desenvolverse y cultivarse en un medio en donde, como todavía hoy sucede en México; se discrimina a los indígenas. Para comprender todo, esto sería conveniente que nos situáramos nosotros mismos en su condición adversa en el mundo actual y que nos preguntáramos cómo hubiéramos respondido, cada uno de nosotros, qué hubiéramos hecho, cómo nos hubiera ido. Si en las condiciones actuales se nos antoja casi imposible, ya no digamos sobresalir, ni siquiera sobrevivir en condiciones de dignidad, imaginémonos en aquella época y con las enormes limitaciones que Juárez tenía.

Benito Juárez se cultivó con esmero, disciplina y mediante un gran esfuerzo y con la ayuda y el cariño de su padrino el franciscano don Antonio Salanueva empezó poco a poco a destacar en su vida profesional: en 1829 fue regidor del Ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca y posteriormente fue varias veces Diputado al congreso del estado, fue Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado. En 1846, gobernó el Estado compartiendo el poder en un Triunvirato, en 1847, fue Diputado Federal.  En plena guerra con Los Estados Unidos, es nombrado Gobernador interino de Oaxaca posteriormente fue electo Gobernador Constitucional del Estado y al término de su periodo pasó a ocupar la Rectoría del Instituto de Ciencias y Artes. Realizando una trayectoria profesional brillante.

En 28 años el pastorcillo ignorante que no usaba zapatos había llegado a la más alta responsabilidad política de su Estado, había vencido la adversidad cultivándose y esforzándose con gran disciplina y orden, día tras día, leyó con apasionado interés a los pensadores enciclopedistas, de la ilustración y del liberalismo, se empapó de las teorías del Estado moderno, preparándose con esmero para algo que desconocía que sería, pero que intuía que así lo demandaría el interés superior de su patria, de su pueblo.

En 1853 cuando Santa Anna vende la Mesilla, hace una batida general contra sus oponentes y a Juárez que se opuso tenazmente y estaba en contra del Tratado de la Mesilla o Gadsden. Por medio del cual López de Santa Anna les vendió a los EU., más de 100,000 Km.2 del norte de lo que era el Estado de “Sonora y Sinaloa”, por diez millones de pesos, y además se aceptaba en la cláusula octava de dicho tratado, el libre tránsito de mercancías, personas y armas de Estados Unidos, a través del Istmo de Tehuantepec, lo que Juárez y Ocampo consideraban inconstitucional porque afectaba la soberanía nacional. En estas condiciones lo apresan y lo manda  a San Juan de Ulúa, desterrándolo posteriormente a la Habana y de ahí a Nueva Orleans en donde al lado de varios liberales como el mismo Melchor Ocampo se ganaban la vida envolviendo tabaco para hacer puros.

Al triunfo del Plan de Ayutla regresa a México y comedidamente se pone a las órdenes del general Juan Álvarez, quien no lo conocía, en donde le dan un trabajo de escribiente que él modestamente acepta, pero cuando alguien le informa a don Juan, que Juárez era un distinguido político y que había sido opositor de Santa Anna y ex gobernador de Oaxaca; don Juan, de inmediato lo nombra como su secretario y más tarde al asumir la Presidencia de la República lo nombra ministro de Justicia e Instrucción Pública.

En 1855 expide las leyes de la Administración de Justicia, de los Tribunales de la Nación y la "Ley  Juárez" que suprimía los fueros Eclesiásticos y Militares.

En 1856 vuelve como Gobernador a Oaxaca y en 1857 con la promulgación de la constitución de ese año, Comonfort nombra a Juárez  Ministro de Gobernación y posteriormente en su calidad de Presidente Constitucional lo nombra Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Juárez asume la Presidencia de la República, después de que Ignacio Comonfort, aliado con los conservadores en contra de la misma Constitución de 1857, renuncia a la Presidencia para no promulgar la Constitución; porque querían que continuara el Estado confesional, con la religión católica como la oficial, y para esto respalda el sanguinario plan de Tacubaya y deja la Presidencia y la Capital en manos de los Conservadores. Don Manuel Doblado Gobernador de Guanajuato acoge al Presidente Juárez y lo respalda.

En Jalisco Juárez es salvado por Don Guillermo Prieto, de ser asesinado por medio de la famosa frase: "Los valientes no asesinan";  dicha, interponiéndose entre el Presidente y un destacamento de soldados que tenían orden de asesinarlo. Tuvo que salir por Manzanillo Colima y rodear por Panamá  para llegar a Veracruz y apoyado por el Gobernador  Gutiérrez Zamora, establecer en ese puerto el Gobierno de la República. En Veracruz expide el Presidente Juárez las Leyes de Reforma, que nacionalizaban los bienes Eclesiásticos y establecían la separación de la Iglesia y el Estado, la Ley del Matrimonio Civil, la Ley de libertad de Cultos y la institucionalización del Registro Civil.

El País se encontraba en "Estado de Guerra Civil"; por un lado el Gobierno de la República apoyado por los Liberales y encabezado por el Presidente Juárez, apoyando la Republica federal y defendiendo la Constitución de 1857 y por el otro; los conservadores apoyando al Estado centralista y confesional, defendiendo la conservación de los privilegios para el alto clero y la aristocracia. Ambos partes quedaron  sumamente desgastadas y como suele suceder en estos casos; el apoyo del exterior es vital, pero de gran riesgo porque suele ser interesado. Las dos partes acudieron a él; el Gobierno de la República con Estados Unidos, respondiendo a una demanda de estos, que solicitaban un tratado para garantizar (como siempre) los intereses estadounidenses afectados por las contiendas internas  y los Conservadores acudieron a Napoleón III, con el cual ya habían tenido varias platicas en Europa;  entregándole propiamente la patria para que uno de su familia viniera a gobernar, restituir la pompa  aristocrática imperial y restaurar los privilegios y canonjías para el clero.

 Como consecuencia de lo anterior los Conservadores obtuvieron la intervención Francesa que además, no sólo no la veían como riesgo sino que pensaban que era la única y mejor solución; entregar el País a Napoleón III, quien enviaría un príncipe extranjero como nuevo emperador pues no se resignaban al haber perdido la pompa aristocrática de la “nobleza” y su parafernalia, dejada atrás durante el “imperio”  de Agustín de Iturbide, además la iglesia conservaría sus bienes, privilegios y poder.

 James Buchanan, quien había sido Secretario de Estado de James K. Polk cuando se dio la guerra contra México y la gran pérdida de más de la mitad de su territorio. Considerando ahora la petición que el gobierno de Juárez a través de su Secretario de Estado, Melchor Ocampo, le habían hecho solicitando el reconocimiento y apoyo económico de los EU., estos manifestaron por medio de su ministro plenipotenciario que el presidente Buchanan había designado para el efecto, Robert McLane; que en principio estaban de acuerdo sólo a cambio debería darse la firma de un tratado en el que México debería proceder a la cesión del territorio de la baja California (se mencionaba en la opinión pública estadounidense, que tenían la peregrina idea de destinarlo para ser tierra de explotación de esclavos). Y además se debería aceptar la ampliación de cláusula octava del Tratado de La Mesilla o Gadsden, modificándola; además del paso ya establecido por Istmo de Tehuantepec,  ampliándola ahora con nuevos cruces libres, en las mismas condiciones, para los EU. en su frontera sur; con cruces adicionales por Matamoros y Camargo Tamaulipas, vía Monterrey hasta Mazatlán y otro por Nogales hasta Guaymas Sonora. Después de intensas negociaciones, estableciéndose como premisa puesta por Juárez a Melchor Ocampo, que la cesión de cualquier parte del territorio nacional estaba absolutamente fuera de discusión. Sin embargo, mediante el análisis de la validez jurídica, acordaron proceder a ceder en el otro tema que ya conocían, ya que el apoyo de los EU., era considerado vital. En términos generales y al final se convino entonces sólo en la modificación de la mencionada cláusula octava del Tratado de la Mesilla mediante un nuevo convenio, mejor conocido como el tratado “McLane-Ocampo”.

Aunque el Tratado fue firmado y se recibieron el reconocimiento y la mitad del apoyo económico, según lo pactado, el Senado de los EU., rechazó la aprobación del Tratado, primero postergándolo por causas pueriles y al final; entre otras cosas porque era una aberración jurídica que iba en contra de uno de los principios generales del derecho: “A lo imposible nadie está obligado”, toda vez que en los hechos afectaría la soberanía de un Estado, lo cual era inaceptable de acuerdo con la concepción del Estado constitucionalista y del Derecho Internacional. En esta forma, Melchor Ocampo hábil jurista, lejos de ir en contra de los intereses del Estado mexicano, se salió con la suya sin ceder territorio como era la pretensión inicial de Buchanan en las instrucciones dadas a Robert McLane y sin afectar la soberanía nacional. Aunque esto sirviera a sus enemigos para denostar a Juárez llamándole vende patrias, cundo precisamente su oposición al Tratado de la Mesilla le había costado el encarcelamiento y el exilio.

Después de la batalla de Calpulapan a finales de 1860 en donde los ejércitos Juaristas al mando del general Jesús González Ortega con Ignacio Zaragoza y Leandro Valle derrotan a las fuerzas conservadoras de Miramón con Márquez, Negrete y Vélez. Hace Juárez su entrada triunfal a la ciudad de México el primero de Enero de 1861 considerándose esta fecha como el fin de la guerra de Reforma. En ese mismo año termina el Presidente Juárez  el período que dejó inconcluso Comonfort y es electo Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

El 17 de Julio de 1861 por el inmenso deterioro económico de la República, Juárez se vio obligado a declarar la moratoria de pagos de la deuda exterior, por lo que España, Inglaterra y Francia reunidos en Londres en Octubre de 1861 decidieron conjuntamente intervenir en México, desembarcando en Veracruz en Diciembre de ese mismo año. El Gobierno de la República, de inmediato entró en negociaciones, logrando mediante el Tratado de la Soledad; que España e Inglaterra se retiraran. Francia que estaba de acuerdo con los Conservadores ya tenía el plan de la intervención para imponer a Maximiliano de Habsburgo como Emperador de México.

Los ejércitos de Francia al mando del General Lorencez son derrotados en Puebla  el 5 de Mayo de 1862, por los ejércitos de la República al mando del General Ignacio Zaragoza, unificando a la mayoría del pueblo de México en contra de la intervención Francesa. El General Forey derrota, más tarde, a las fuerzas de la República y obliga al Presidente Juárez a mantener un gobierno trashumante que anda "a salto de mata" de un lado para otro hasta la frontera con los Estados Unidos en Paso del Norte.

Forey instala un Gobierno en la Capital a manera de Junta con los conservadores y el alto clero de la Iglesia católica y éstos declaran la Monarquía y como si siguieran el guión de una obra de teatro; ofrecen la Corona a Maximiliano de Austria. Pero para sorpresa de todos, llega Maximiliano y ratifica todas las reformas Juaristas; decreta la tolerancia de cultos, nacionaliza los bienes eclesiásticos, etc., etc. Confirmando con esto que lo que Juárez hizo fue solo modernizar, actualizar la situación política de México en el Mundo. Los conservadores y el alto clero sufren un gran desencanto.

El 1 de diciembre de 1865, Juárez termina su período presidencial, pero dadas las circunstancias, éste decreta prorrogadas las funciones de su gobierno, lo cual era muy entendible, sin embargo, esto  provoca airadas protestas de todos incluso de los mismos liberales. No hay duda de que Juárez tenía razón y actuaba con responsabilidad de estadista, toda vez que entrar en una contienda electoral a la mitad de una guerra hubiera sido muy torpe y de consecuencias funestas.

Del exterior vino el apoyo solidario de los pueblos de América y la confirmación de que se estaba actuando en el camino debido. El Congreso de Colombia, decreta que; en nombre del pueblo que representa, y "en vista de la abnegación y de la incontestable perseverancia que el señor Benito Juárez, en calidad de Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, ha desplegado en la defensa de la independencia y la libertad de su Patria, declara que dicho ciudadano ha merecido bien de la América," firmado por el Congreso de Colombia el 2 de mayo de 1865[1]. Apoyo solidario y oportuno que habla mucho de la tarea de Juárez y su proyección continental.

Ante la decisión de Napoleón III, de retirar el apoyo de las fuerzas francesas a Maximiliano para reforzar su defensa de Prusia, éste pierde fuerza y es derrotado en Querétaro por los ejércitos de la República al mando del general Mariano Escobedo y sus "Cazadores de Galeana", terminando así la intervención Francesa el 15 de Mayo de 1867. Algunos días más tarde, el 19 de junio Maximiliano y los Generales Miramón y Mejía, fueron fusilados en Querétaro.

Terminada la guerra con los franceses se convoca a elecciones generales para renovar todos los mandos políticos de la nación, incluyendo un plebiscito sobre la Constitución del 57 que tanta controversia había causado y Juárez es reelecto para un nuevo período, de diciembre de 1867 a julio de 1871, si bien legalmente era una reelección en la realidad era el primer período que iba a tener Juárez para gobernar en paz y fue éste uno de los pocos períodos de paz que ha tenido México, mediante un régimen de derecho, constituyéndose un verdadero Estado de derecho, el cual utilizó el presidente para restaurar la República casi deshecha.

Gentes de gran inteligencia y patriotismo acompañaron al presidente en la difícil tarea de licenciar las tropas y restaurar la economía precaria que se tenía, por lo que renovó la concesión para que los ingleses continuaran con la magna obra del ferrocarril. Al final de su periodo presidencial en 1871, Juárez  convoca a elecciones y  considera a ésta como su primer reelección, enfrentándose ahora con su amigo y más brillante colaborador, Sebastián Lerdo de Tejada y con su antiguo rival Profirió Díaz. Ante el hecho de que en estas elecciones ninguno de los tres candidatos habían obtenido la mayoría absoluta de votos, el Congreso decide y designa a Juárez para un nuevo periodo de 4 años, sin embargo ya no lo terminaría, muere en 1872, siendo substituido en forma interina por don Sebastián Lerdo de Tejada.

Juárez fue un ser humano con vicios y virtudes, como todos notros, sin embargo algo especial tuvo para trascender y ser un personaje de la historia universal. Fue un hombre íntegro, una persona excepcional, un verdadero estadista precursor de los gobiernos civiles en vez de los militares, precursor, con Lerdo de Tejada, del Senado en nuestra estructura política. Juárez fue de ese tipo de líderes que México no tuvo en sus inicios desde su Independencia, y que tanta falta le hicieron, y le siguen haciendo: esa clase de gobernantes que anteponen todo, familia, patrimonio y bienestar personal, por el bien del Estado, por el bien de la República. Como hemos visto, Juárez es un personaje excepcional por el gran esfuerzo que hizo por vencer, en primer lugar, la enorme adversidad personal y, posteriormente, la no menos grande adversidad nacional. Además, su significativa contribución para la construcción del Estado mexicano y la restauración de la República, hablan por sí solos.


[1] Benito Juárez Benemérito de las Américas. Decreto de Colombia 1865.Edición faccimilar. Joaquín Porrúa, S.A. de C. V.

jueves, 15 de marzo de 2012

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